Zapatos Dolce Gabbana hombre En vez de frases de apoyo a ETA, ahora hay pintura fresca y sombras donde se barruntan eslóganes conocidos. Muchos de quienes por allí disfrutan en chanclas ni han oído hablar de la polémica entre las dos administraciones. Ocurrió un par de semanas antes de que el Ejecutivo anunciara una partida de medio millón de euros para borrarlas en los municipios vascos con problemas de liquidez.
Zapatos Dolce Gabbana baratos Compacto y cuadrado, así es el diseñador catalán Custodio Dalmau por fuera. Por dentro: una mezcla de artista de imaginación desbordante y atleta del trabajo. El que fuera tres veces campeón nacional de gimnasia deportiva de España y hoy modisto de éxito mundial está a punto de cumplir cincuenta años, aunque su melena, sus chanclas deshilachadas y su aire juvenil lo desmientan. Y justo al filo del medio siglo, Custo se ha apuntado al 'dewarismo'
Zapatos Dolce Gabbana La comida vuela. Hasta mitad de semana, en los tres campamentos iniciales, se repartieron 50.000 bolsas. En La Torrecilla (el último refugio unificado) no bajan hoy de 3.000 diarias. El principal sustento, bocadillos, fruta, zumos y bollería. Un cátering externo aporta la comida caliente: paella, pasta, sopa y ensaladas. «¡Y arroz con pollo!», apunta Mario, uno de los cuatro niños que devoran gusanitos junto a Domingo Moreno (47 años). Domingo se rasca el talón de un pie y se sacude el polvo de las chanclas. Sonríe con los pocos dientes que le quedan, sentado junto a una verja al lado de la cola de la comida.
